
Desde Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo anunció un nuevo ajuste al salario mínimo que marca un hito en la recuperación del poder adquisitivo en México. A partir del 1 de enero de 2026, el salario mínimo general tendrá un incremento del 13%, lo que lo llevará de 278.80 a 315.04 pesos diarios, equivalente a 9,582.47 pesos mensuales.
El anuncio vino acompañado de otra medida relevante: el inicio de un proceso gradual para reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, un acuerdo alcanzado entre representantes del sector empresarial y trabajadores. “Es una muy buena noticia para todas y todos los mexicanos”, afirmó la mandataria al presentar el paquete laboral.
Este nuevo ajuste refuerza la política de recuperación del ingreso que ha caracterizado a los gobiernos de la Cuarta Transformación. Con ella, destacó la Presidencia, se continúa revirtiendo décadas de incrementos limitados aplicados durante administraciones anteriores, particularmente las de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando se optó por aumentos mínimos con el argumento de evitar presiones inflacionarias.
El secretario del Trabajo, Marath Bolaños, subrayó que el aumento para 2026 mantiene la tendencia de crecimiento real por encima de la inflación y acerca el salario al mandato constitucional de cubrir 2.5 canastas básicas. Asimismo, puntualizó que desde el inicio de los gobiernos de transformación, el salario mínimo ha recuperado 154.2% de su poder adquisitivo, alcanzando su mejor nivel desde 1980.
La nueva alza evidencia el gran contraste con el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, identificado por especialistas como el periodo con el peor desempeño en incremento real del salario mínimo en lo que va del siglo XXI. Sólo en 2012, último año de su administración, el salario pasó de 57.46 a 59.82 pesos, un aumento marginal de 2.36 pesos. Durante todo su sexenio, el ingreso básico avanzó apenas 12 pesos, al pasar de 50.57 a 62.33 pesos.
La situación no fue mucho más favorable en el resto de gobiernos del periodo: durante la administración de Vicente Fox, el salario mínimo creció apenas ocho pesos, mientras que con Enrique Peña Nieto hubo un avance mayor, aunque insuficiente para revertir el rezago de décadas.
Con el nuevo incremento y las reformas laborales en marcha, el gobierno federal sostuvo que se da un paso más hacia la recuperación integral del poder adquisitivo y el fortalecimiento del bienestar de millones de trabajadoras y trabajadores en el país.